Lic. Elizabeth Stump

pensamientos, reflexiones y vivencias.

lunes, 8 de julio de 2013

¿Qué queremos las mujeres?

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A diario me encuentro con hombres que me preguntan que queremos las mujeres, y lo cierto es que creo que queremos lo mismo que los hombres pero a veces lo complicamos más, y otras ellos se complican. Las personas vamos en búsqueda de afecto, de compañía, algo que parece tan simple y sin embargo nos cuesta tanto manifestar. Nos dejamos llevar por prejuicios, no pedimos con claridad aquello que queremos pero si deseamos que los otros adivinen nuestras necesidades.

Las mujeres tenemos, a mi criterio, un gran problema, y  es que amamos de una manera desbordante, casi incondicional, porque hemos aprendido a amar como nuestras madres nos amaron, repetimos un molde o patrón que aplicamos a todas nuestras relaciones,  tanto sean de amistad o de pareja, somos más propensas a dar que a recibir, porque así nos educaron y así crecimos y así creíamos que estaba bien. Y digo creíamos porque desde luego no es lo mas sano ni mucho menos. Tenemos por delante el gran desafío de aprender a pedir y a recibir, que no debe confundirse con demandar, son términos diferentes, pedir significa hacerme cargo de que hay algo que no tengo y quiero y animarme a compartirlo con quien crea que puede ofrecérmelo a riesgo de que me diga que no, y demandar es exigir que ese alguien me de lo que yo quiero, una diferencia importantísima a la hora de las relaciones humanas.

¿Qué queremos las mujeres?, sentirnos queridas, cuidadas, miradas, reconocidas, valoradas, deseadas, y no como madres ni como trabajadoras, sino como mujeres. Queridas y cuidadas con actos de amor simples, como un mensaje de buenos días y de buenas noches, con una pregunta de que tal tu día?, no hace falta mucho más para sentirnos bien, no necesitamos la protección física ni la presencia constante, nos alcanza con saber que piensan en nosotras y lo manifiestan tomándose un par de minutos para escribir un mensaje. Miradas y reconocidas con detalles que resaltan nuestro lado femenino, sentir una mirada de admiración, de orgullo, de alegría por ser parte de la vida de esa persona. Valoradas porque pudiendo elegir con quién estar, hoy te elijo y te ofrezco formar parte de mi mundo. Deseadas como la mujer que reconozco que soy y quiero que veas  en mi. Las mujeres, como los hombres, queremos amor sin agobios, compañía sin saturaciones, queremos desarrollarnos plenamente con la tranquilidad y la alegría de saber que hay otra persona con la que podemos compartir nuestro camino a la par.

jueves, 28 de febrero de 2013

Próxima charla

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Próximo miércoles 6 de Marzo, a las 18:00hs, en Casa Pancho, Breña Alta, La Palma, charla interactiva sobre que mujer quiero ser.

miércoles, 18 de enero de 2012

mujeres hoy

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Las mujeres hemos ido tejiendo una red emocional que contiene, ayuda y fortalece a nuestro entorno. Para tejer esta red fue necesario tomar las experiencias vividas de cada una de las mujeres importantes de nuestra historia, compartirlas, asimilarlas y elegirlas.

También hemos confundido en gran medida el sentido de igualdad, creímos que tener igualdad de derechos con respecto a los hombres era sumar a lo que ya hacíamos desde tiempos arcaicos, como cuidar del hogar o educar a nuestros hijos, salir a trabajar y adquirir más responsabilidades y obligaciones, eso si, pidiendo a nuestros compañeros que “nos ayuden” cuando ya las energías se agotaban. Definitivamente quisimos hacer lo nuestro mas lo de ellos y la consecuencia más grave de esta situación fue que perdimos nuestra propia feminidad, eso que nos hace diferentes y que aporta a la sociedad la pasividad, la calma, la armonía. Tuvimos que asumir un papel de fortaleza física, no emocional que desfiguro la calidez femenina convirtiendola en debilidad, y con un sentido despectivo además.

De esta manera convertimos la red que construimos en nuestra propia trampa, donde quedamos atrapadas por el falso sentimiento de igualdad física y en lugar de ser una red de contención se convirtió en una red de pesca.

Lo que queremos trabajar en el taller que proponemos es la posibilidad de encontrarnos con nuestros propios deseos y necesidades, tenemos la capacidad de reconocer y satisfacer las necesidades de los seres que amamos y de quienes nos rodean, pero a la hora de preguntarnos a nosotras que nos apetece, estamos tan ocupadas con todo lo que debemos hacer que no podemos decir que queremos, la idea es que empecemos a darnos ese tiempo para el reconocimiento, para escuchar a otras mujeres que pasan por lo mismo y sienten lo mismo.

Queremos recuperar el significado de opuestos complementarios, de dignificar la diferencia que hace que nos unamos y nos respetemos, de dejar de sentirnos tan omnipotentes que podemos con todo.

En fin, dejar de sumar obligaciones y pasar a sumar emociones que nos identifiquen con lo femenino y todo lo positivo que tiene, no confundido con debilidad.

Resaltar y destacar el valor y la fortaleza del emprendimiento femenino, en definitiva seguimos siendo quienes como madres educamos a hombres y mujeres y no podremos hacerlo desde un lugar equivocado, sabemos dar el empuje a quien lo necesite, porque nuestra fortaleza esta en la contención y el acompañamiento.





En busca de la Mujer que quiero ser

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EN BUSCA DE LA MUJER QUE QUIERO SER








Iniciamos un nuevo año, nuevos propósitos, sueños para cumplir. Son tiempos de crisis, económicos y de valores. Por momentos nos encontramos desorientadas sin ilusiones y sin saber que camino tomar o como continuar el ya iniciado. Hemos de reflexionar y decidir que deseamos para seguir adelante.

Por esto, programamos un Taller en "12 LUNAS", Esperanza Alonso (pisocopedagoga) y Elizabeth Stump (psicóloga) donde podremos descubrir todos estos aspectos, resaltando la importancia de las mujeres que formaron parte de nuestra historia para construir un nuevo capítulo.

Lo hemos programado en 4 sesiones la primera el día 20 de Enero de 18 a 21 horas y luego 3 encuentros más quincenales de 2 horas cada uno, el grupo será reducido.

Reserva tu plaza en el 658 85 19 44 o en la Web www.12lunas.com



TE ESPERAMOS.





domingo, 4 de diciembre de 2011

Lo importante

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Durante los 17 años de educación de mi hija hubo cosas que siempre tuve muy claras y otras que me hacían agua permanentemente, adaptarse a los cambio evolutivos, madurativos y de humor de un hijo no siempre resulta fácil de hacer ni de digerir. Tuve que aprender a respetar sus tiempos y sus decisiones desde que fue bebé, y a mi nadie me había enseñado que un bebe podía tomar decisiones, como la de dejar de tomar la teta, dejar la chupa, querer comer sola o decirme no quiero más!. La sensación permanente que tenía cada vez que esto pasaba era que mi hija ya no me necesitaba y me surgían sentimientos contrarios, me alegraba por su crecimiento y me entristecía pensar que no era necesaria en su vida, que tontería viéndolo ahora, casi 18 años después. Pero como una madre sabe como ingeniárselas para sentirse útil para su hija, fueron apareciendo nuevos “mimos” que compartíamos y yo disfrutaba profundamente, por ejemplo vestirla por la mañana para ir al colegio, para que durmiera cinco minutos más y no tomara frío, hasta que un día, sin previo aviso, cuando le digo que me de el piecito por debajo de la sábana para colocarle el calcetín, con voz decidida y sin miramientos me dice: me visto sola! Otra estacada a mi sentido de utilidad. Pero como la vida es movimiento y el movimiento se demuestra andando (así decía un cómico argentino) las hormonas volvieron a darme la oportunidad de volver a la carga, había que cuidarla de los tediosos puntos negros que habían decidido instalarse en su nariz, y podría seguir enumerando infinidad de situaciones en las que yo buscaba poder pertenecer a su mundo sin darme cuenta que siempre estuve en su mundo tanto como ella en el mío. ¿Qué es lo importante? Lo importante cambia a cada momento y a la vez se mantiene, contradictorio como la vida misma.



Lo importante es tener claro los valores que le queremos transmitir a nuestros hijos y los valores no cambian, importante es el respeto, a la familia, a los profesores, a los adultos, a la autoridad en general y eso tampoco cambia. Importante es aceptar los límites y cumplir con las normas, y aquí cambian los límites y las normas, pero no el aceptarlas y cumplirlas.



Importante para mi fue enseñarle a mi hija que yo quería mimarla vistiéndola, pero que ella era perfectamente capaz de hacerlo sola cuando llegara el momento y así me lo hizo saber.



Importante es enseñarle a ser responsable, es decir, responder con habilidad cuando es necesario y asumir las consecuencias de los hechos cuando las ocasionan. Importante es demostrar con actos los afectos, el arrepentimiento, el reconocimiento y no dejarlo en palabras.



Importante es haber sufrido diciéndole que no muchas veces, para hoy poder ver como se convirtió en una mujercita independiente, responsable y autónoma y por sobre todas las cosas feliz.



Durante su adolescencia puse mucha energía en enseñarle a ser organizada, ordenada, prolija, que cada cosa tenia un lugar y por algo era así, que había un tiempo para cada cosa, que si dejaba sus cosas en el lugar que debía siempre las iba a encontrar, que los zapatos no van a mitad de camino del pasillo y su habitación, que los bolsos no van sobre la mesa del salón, que las chaquetas no van sobre las sillas, etc, y esto fue lo único que genero discusiones entre nosotras, y sin embargo ayer, cuando vino a casa de “vacaciones”, sentí una felicidad enorme al ver la maleta abierta y desparramada en el salón, su chaqueta tirada sobre la cama y el bolso sobre la mesa. Entonces me pregunté ¿qué es lo importante? Y la primer respuesta que me vino a la cabeza desde el corazón fue que lo importante es la presencia incondicional, no física, que lo importante es haber hecho las cosas lo mejor posible para hoy poder ver a mi hija de ya casi 18 años viviendo sola, estudiando en otra ciudad, con los mismos valores que creció y la sonrisa más linda que yo conozco. Lo importante es sentir que es feliz y que sabe que sus papás están siempre que ella nos necesite.






sábado, 28 de mayo de 2011

Quiero. De Jorge Bucay

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Quiero que me oigas, sin juzgarme.

Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confí­es en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi.
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes y no pretendas cambiarlas
Quiero que sepas, que hoy, hoy podés contar conmigo.
Sin condiciones.
Quiero aprender

Quiero aprender a oírte sin juzgarte,
Quiero que me enseñes a opinar sin darte consejos,
Quiero aprender a confiar en mí sin exigirme,
Quiero enseñarte a ayudarme sin intentar decidir por mi,
Quiero aprender a cuidarte sin anularte,
Quiero que me enseñes a mirarte sin proyectar cosas en ti,
Quiero que aprendas a animarme sin empujarme,
Quiero enseñarte a abrazarme sin asfixiarme,
Quiero aprender a sostenerte sin hacerte cargo de ti,
Quiero que me enseñes como protegerte sin mentiras,
Quiero aprender a acercarme a ti sin invadirte,
Quiero que aprendamos a aceptar las cosas del otro que más nos disgusta, tanto como para no pretender cambiarlas,
Quiero que hoy, después de lo aprendido yo de ti y tu de mi, seamos capaces de elegirnos otra vez sin condiciones.






martes, 10 de mayo de 2011

Prohibido prohibir de Jorge Bucay

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Desde hoy queda prohibido no ser uno mismo ante la gente.



Fingir ante personas que no importan.


Tenerle miedo a los recuerdos y abandonar la lucha,


antes de hacer realidad los sueños.






Queda prohibido no sonreírle a los problemas.


No poner el cuerpo, hacerse el tonto,


y no hacer las cosas en persona.


Pretender que otros se hagan cargo de las deudas


o dejar que otros paguen por nuestros errores.






Queda prohibido no demostrar el amor.


Abandonar a los amigos.


No intentar comprender lo que otros sienten,


y no ver que cada uno tiene su propia manera


y su propio camino.






Queda prohibido, llorar sin aprender,


o levantarse un día sin saber qué hacer.


Pensar que, con la falta de alguien,


el mundo se termina


o desesperarse por tener que seguir solo alguna vez.






Queda prohibido, dejar de dar gracias a la vida, por la vida


lamentar lo que no hacemos sin hacerlo.


Quejarse de lo hecho sin cambiarlo.....


Ignorando que "así como está" no es nunca la única manera.


Queda por supuesto absolutamente prohibido,


sin postergaciones, ni argumentos falsos,


dejar de ser el principal protagonista


de la película que va narrando poco a poco nuestra vida.


Finalmente, y sobre todo, queda estricta


y terminantemente prohibido desde ahora,


sin excusas y para siempre,queda prohibido,


repito, prohibido, que alguien se permita


prohibir a otro lo que a sí mismo


no se prohíbe de forma permanente.
JORGE BUCAY






lunes, 4 de abril de 2011

cuento de Jorge Bucay "La Triteza y la Furia"

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Había una vez...

Un estanque maravilloso.

Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas, las dos, entraron al estanque.

La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún salió del agua...

Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza..

Y así vestida de tristeza, la furia se fue.


Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

 

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.