Lic. Elizabeth Stump

pensamientos, reflexiones y vivencias.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Pre adolescencia

A partir de los 9 años, los niños suelen pasar por cambios evolutivos físicos y emocionales importantes, necesarios para su total desarrollo, según como se atraviese esta etapa se atravesara también la adolescencia. Debido a esto, es muy importante el papel que los educadores, como adultos acompañantes desempeñen. Los chicos empiezan a tener un sentido de independencia que a veces confunde a los adultos y a ellos mismos. Aquí disponemos de una única herramienta efectiva, la presencia, para poder acompañar a nuestros niños, sea como padres o como educadores, es preciso estar, no se puede hacer a la distancia, o a través de otros, a partir de estar es que podremos reforzar la comunicación y afianzar los límites, uno se sostiene en el otro, para que los límites no se confundan con autoritarismo es necesario transmitirlos con firmeza y con amor a la vez. En esta etapa, la preadolescencia, no podemos confiarnos en el trabajo echo en la infancia y creer que ya está todo resuelto, debemos seguir siendo como el tutor de una planta en crecimiento, no adherido al tallo, pero si paralelo a él. Como las necesidades de los chicos cambian, los límites también lo hacen, ponerse más firme o ser más estricto no es la garantía para que los chicos no se “descarrilen”, no hay garantías en la educación, hay criterios sanos. Acompañar a un niño en su desarrollo implica conocerlo y no podremos conocerlo si no le dedicamos tiempo, en este tiempo es importante mirar, escuchar, acariciar, de esta forma los vínculos se consolidan y fortalecen independientemente de la edad o de la crisis que atraviesen los chicos

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