Lic. Elizabeth Stump

pensamientos, reflexiones y vivencias.

domingo, 24 de enero de 2010

Procesar un duelo

Elaborar un duelo no es olvidar a la persona que hemos perdido. Es, en todo caso, aprender a vivir con la presencia convertida en recuerdo, no como una sombra sobre nosotros, sino como una compañía silenciosa e interior. Cada persona ocupa un lugar en nuestra vida, un rol, que difícilmente es reemplazable, y casi es mejor así. De manera, que ninguna vida nueva puede compensar ni reemplazar la pérdida de un ser querido, en primer lugar, porque cada persona debe tener su lugar en el mundo, tanto sea la de hijo como la de madre. No es sano traer un hijo al mundo solo para calmar nuestra tristeza, o compensar una pérdida, un hijo se merece nacer por mucho más que por eso. Y en segundo lugar, porque tenemos que aprender a vivir con las pérdidas como parte de la vida, no podemos negarlas, tratando de compensarlas. Si bien cada persona es diferente a otra, y los procesos son personales, consideramos que el proceso de un duelo normal es de dos años, pero no debemos confundir proceso de un duelo con tristeza, este sentimiento puede aparecer y desaparecer en diferentes momentos, sin ser anormal que sea así.

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